Cultura La Puerta de los Seis Mártires, Patrimonio Zipaquireño
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La Puerta de los Seis Mártires, Patrimonio Zipaquireño

Puerta que reposa en una urna a la entrada principal de la Casa Museo Quevedo Zornoza


ZIPAQUIRÁ. 


Por Luis Hernando Campos Martínez – Licenciado de la U. Pedagógica.

En agosto 2 de 18161 llegaban a la Villa de Zipaquirá – como se denominaba a nuestra ciudad desde septiembre 6 de 1810, cuando por Decreto de la Junta de Santa Fe se le erigió como Villa y se le facultó para darse Escudo de Armas y elegir Cabildo – seis hombres quienes venían conducidos del Colegio Mayor del Rosario en la Ciudad de Santa Fe luego de haber sido encarcelados en esta institución y condenados a muerte por don Pablo Morillo Morillo, quien venía ejecutando estas acciones en su campaña de recuperación de las colonias españolas en América.

Estos seis hombres habían sido juzgados por participar y colaborar en actos en contra de la Corona Española. Sus nombres eran Agustín Zapata, Francisco Carate, Luis Sarache, José Luis Gómez, José María Riaño Cortés y Juan Nepomuceno Quiguarana Peñalosa. Al llegar ese 2 de agosto a Zipaquirá fueron puestos en capilla o sitio de espera en uno de los locales de la casa ubicada en el costado occidental de la plaza principal, hoy conocida como Casa Obispal, corresponde a la carrera 7ª. No. 4-35 de la actual nomenclatura, donde funciona el Almacén Sensación; al lado derecho funcionó el Banco de Zipaquirá, en 1801, carrera 7ª. No. 4-27.

Al día siguiente son fusilados en la plaza principal, frente a la casa del Convento de los Franciscanos, ubicada en el costado norte, hoy en día oficinas de la Curia Episcopal o Curia Diocesana de Zipaquirá, calle 5ª. No. 7-20. Desde ese momento se convierten en Íconos de la Historia Zipaquireña y aporte a la causa de la independencia.

 

“Al llegar ese 2 de agosto a Zipaquirá fueron puestos en capilla o sitio de espera en uno de los locales de la casa ubicada en el costado occidental de la plaza principal, hoy conocida como Casa Obispal, corresponde a la carrera 7ª. No. 4-35 de la actual nomenclatura, donde funciona el Almacén Sensación; al lado derecho funcionó el Banco de Zipaquirá, en 1801, carrera 7ª. No. 4-27”.

 

Los únicos recuerdos fehacientes de estos luctuosos hechos son: los restos ubicados en el antiguo Bautisterio de la Catedral Diocesana en un monumento para tal fin desde agosto 3 de 1979 por Decreto de Monseñor RUBÉN BUITRAGO TRUJILLO, Obispo de la Diócesis de Zipaquirá. La Partida de Defunción del Libro de Entierros Número 3 de 1804 a 1817, Folio 98v., firmada por el Padre PEDRO JOSE NIETO. La Puerta del local donde estuvieron confinados antes de su fusilamiento.

 

El 20 de Julio y la Puerta de los Mártires

Con el paso de los años y debido a las celebraciones del 20 de julio se fue fortaleciendo en todos los pueblos de nuestro país el interés por recordar y relievar los personajes y hechos que con la causa libertaria tuvieron que ver en sus territorios. Es así como en el año de 1872 debido a estas celebraciones en nuestra ciudad, don Epifanio Wiésner – quien en el año de 1908 fuera designado Presidente del Centro de Historia de Quesada – desempolvó la historia del lugar que sirvió de Capilla a los Seis Mártires Zipaquireños. Así nacía el culto e importancia de esta Puerta que al lado de la partida de defunción de los Seis Mártires Zipaquireños se convierten en los elementos materiales más importantes que corroboran este hecho

Hasta el año de 1916, cuando por el Acuerdo No. 6 del 26 de julio se declara el 3 de Agosto Día Clásico del Municipio de Zipaquirá, la Puerta de los Mártires era referente obligado para llevar a cabo las celebraciones del 20 de julio en nuestro municipio; prueba de ello y con ocasión de conmemorar el Bicentenario de la Independencia Nacional, quiero transcribir una nota periodística titulada «Breve Reseña», la cual fue publicada en un periódico zipaquireño el 30 de julio de 1907, donde un personaje bajo el seudónimo de «Un Criollo», nos relata un aparte de la celebración de los 97 años de la Independencia en Zipaquirá, el apoyo brindado por el Concejo Municipal a estos actos y la admiración y respeto que se rendía a la Puerta de los Mártires.

 

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Esta puerta estaba empotrada a un costado de la entrada principal de la Casa Episcopal

Breve Reseña

“El 19 por la noche se reunió esta honorable corporación y acordó un programa para el día siguiente, sencillo, pero oportuno y elocuente.

A las 7 de la mañana del glorioso día fue colocada en todas las habitaciones la bandera nacional; un grupo numeroso de curiosos, casi todos niños, se agrupaba en los umbrales de la oficina del doctor Abraham González y leía algo con ansiedad; deseoso de saber qué fuese aquello, me acerqué; una vetusta y mal pintada puerta, agujerada en la parte superior y de dimensiones respetables exhibía, incrustada en ella una placa de cobre que decía: Pertenecía esta puerta al lugar que sirvió de capilla a los señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomuceno Quiguarana, zipaquireños que por su amor a la patria fueron sacrificados en esta ciudad el 3 de agosto de 1816. A solicitud del Concejo Municipal de 1887, la cedió gratuitamente su dueño, el señor Ramón Castro. Queda confiada su conservación á la respetuosa gratitud de los zipaquireños. Zipaquirá, octubre de 1887’. Una cortina formada con rosetas de los colores nacionales, dos gruesos festones de musgos y algunas coronas le formaban un marco apropiado. A la derecha de aquella prenda histórica, colocada en improvisado monumento, una mesa iba a prestar el servicio de tribuna.

El Señor Alcalde mandó iluminar el 19 por la noche e izar el pabellón patrio todo el día 20, se sabía que él tenía en prensa una buena alocución y que había más de un cachaco dispuesto a brindar por nuestros libertadores; sin embargo, esto era poco y se hacía indispensable levantar el espíritu patriótico de los que vegetamos en la ciudad de la sal.

Afortunadamente hay en ella un elemento, actualmente, que presta eficaz y decidido apoyo a todo lo que se relaciona con la Patria, con el Departamento y con Zipaquirá. Este el Consejo (sic) Municipal, y perdonen los caballeros que lo forman si tenemos que hacerles ruborizar con su modestia.

Un Criollo”.

 

Descripción de la Puerta

Puerta en madera de excelente calidad, ya que sin haber constancia de recibir algún tratamiento especial se conserva en condiciones aceptables, un poco deteriorada en su base de la parte izquierda, a pesar de sus 129 años de transcurrir de un lado a otro y muchos más de haber sido hecha. Tiene una altura de 2,10 metros y un ancho de 1,55 metros. Está montada sobre dos largueros laterales con clavos de hierro en forma de armellas. Consta de dos hojas. Por la parte posterior tiene ocho travesaños a los cuales van adheridas con clavos las seis tablas de frente. Posee una aldaba de hierro forjado en el centro. En la parte superior izquierda tiene una abertura cuadrada en forma de ventana de veinte centímetros. Más arriba y al lado del borde izquierdo está la placa que habla de su donación y lo mártires.2 Se encuentra en su estado natural sin ninguna clase de pintura y con el deterioro normal. Carece del travesaño superior e inferior. Le falta también el pasador principal y en diálogo con el maestro Jaime Cardona Orozco manifestó tenerlo guardado para colocarlo en el lugar respectivo.

 

 

Itinerario de esta Reliquia Histórica

Difícil propósito hacer un seguimiento pormenorizado de los sitios donde ha estado este Ícono Histórico. Trataré de reseñar los que según los historiadores y versiones orales logré recoger.

En la sesión del 23 de septiembre de 1887, siendo Concejal don Luis Orjuela Zamudio presentó la siguiente proposición que el Concejo aprobó: “En memoria de los patriotas sacrificados el 3 de agosto de 1816 señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomuceno Quiguarana, el Concejo Municipal de Zipaquirá se hace el deber de conservar la puerta del local que les sirvió de capilla, a la izquierda del portón de la casa perteneciente hoy al señor Eusebio Bernal, hacia la mitad del costado occidental de la plaza. En consecuencia diríjase invitación solícita y respetuosa al actual dueño de dicho local Señor Ramón Castro para que ahora que ha dispuesto variar la expresada puerta, se sirva manifestar en qué términos convendría en ceder a título oneroso o gratuito. Obtenida que sea esta Reliquia Histórica se la conservará en la pieza destinada a la Biblioteca al lado de la Sala Municipal con la siguiente inscripción: ‘Pertenecía esta puerta al lugar que sirvió de capilla a los señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomuceno Quiguarana, zipaquireños que por su amor a la patria fueron sacrificados en esta ciudad el 3 de agosto de 1816’. A solicitud del Concejo Municipal de 1887, la cedió gratuitamente su dueño, el Sr Ramón Castro. Queda confiada su conservación á la respetuosa gratitud de los zipaquireños. Zipaquirá, octubre de 1887. ”2

 

“Pertenecía esta puerta al lugar que sirvió de capilla a los señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomuceno Quiguarana, zipaquireños que por su amor a la patria fueron sacrificados en esta ciudad el 3 de agosto de 1816”.

 

Cumpliendo el mandato del Concejo Municipal, pasó a la Casa del Corregimiento, construida en 1782 por don Cristóbal Morales. Luego Casa del Cabildo, anotando que no se llevó a cabo el sitio de destinación de ella en la biblioteca, ya que en el año de 1894, siete años después de ser trasladada, en sesión del 20 de julio el Concejal Pedro M. Ortiz presentó una proposición que fue aprobada unánimemente y manifestaba.

“Solicitase del señor Alcalde Municipal el cambio de la puerta que hoy existe en la parte interior de la cárcel de mujeres y que por ser un objeto histórico, puesto que era la que cerraba la pieza que sirvió de capilla a los mártires zipaquireños que fueron fusilados el 3 de agosto de 1816, debe conservarse en un sitio donde pueda ser respetada, por otra que se colocará inmediatamente que sea posible en el lugar indicado”. El mismo Historiador Zipaquireño Luis Orjuela Zamudio afirma que en 1894 la puerta fue en principio habilitada para cárcel de mujeres. Esta cárcel que se menciona funcionaba en la Casa del Cabildo.

En septiembre 22 de 1894. En “El EstudioPeriódico Literario, Industrial, Noticioso y de Variedades y Avisos. Director Ángel M. Aranza. Página 54 se lee: “Reliquia Histórica: Vemos con satisfacción que el Concejo Municipal ha hecho quitar de la cárcel de mujeres, la puerta que tuvo el local destinado para Capilla de los Mártires Zipaquireños del año de 1816, y que ha sido trasladada a la sala municipal para su custodia. De reliquias y curiosidades históricas se componen los museos, y principio quieren las cosas.” Periódico suministrado por Don Hernando Ernesto Campos García, Presidente del Centro de Historia de Zipaquirá, y Secretario de la Academia de Historia de Cundinamarca.

La propuesta presentada al Alcalde Municipal se cumplió y la puerta se trasladó a otro lugar de esta casa como nos lo hace ver el Maestro Guillermo Quevedo Zornoza en su escrito de junio de 1916 titulado «Los Mártires Zipaquireños», donde menciona: «Sirvió de capilla el local número 130 de la plaza principal. La puerta bajo cuyos gruesos cerrojos aquellos seis corazones dieron sus últimos latidos, se encuentra hoy empotrada en la pared que divide el corredor alto del edificio de las cárceles.»

 

“No se conocen documentos que certifiquen el lugar a donde fue traslada la puerta durante los años en que se construyera el actual Palacio Municipal, sólo se sabe que las instalaciones del Cabildo que funcionaran en el misma edificación donde estuvo en un principio la puerta”.

 

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Casa Episcopal de Zipaquirá

El primer lugar a donde fue trasladada la puerta fue demolido en 1927 y en el mismo sitio ese año se inició la construcción del actual Palacio Municipal, terminado en 1929; al ser inaugurado en este año el nuevo palacio, permaneció en las instalaciones del Concejo Municipal.

No se conocen documentos que certifiquen el lugar a donde fue traslada la puerta durante los años en que se construyera el actual Palacio Municipal, sólo se sabe que las instalaciones del Cabildo que funcionaran en el misma edificación donde estuvo en un principio la puerta, se trasladaron a la casa ubicada en el costado occidental de la plaza principal y que al día de hoy lleva la nomenclatura Calle 5a. No. 6 – 67, la cual fuera también sede de la Gobernación Provincial y casa que habitó don José Acevedo y Gómez durante el tiempo en que fue Corregidor de Zipaquirá (1813-1814).

Tomando como referencia el hecho mencionado atrás en donde se expresa que al ser inaugurado en 1929 el Palacio Municipal se llevó a las instalaciones del Concejo esta Reliquia Histórica; y el interés de los cabildantes de aquel entonces por la conservación de la puerta, ésta pudo también estar en la casa donde funcionó el Cabildo en los años veinte.

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Por informes del Licenciado José Manuel Rodríguez Gómez, manifestó que en el año de 1967, siendo alcalde Fidel Torres González, más conocido con el seudónimo de «Mario Ibero«, la puerta estuvo en la Casa Cural o de los Franciscanos, donde actualmente funcionan las oficinas de la curia, arriba de la Catedral, y allí se retomó como imagen o ícono representativo de la historia. También agrega que la trasladaban para actos patrióticos en la época de Miguel Hernando Rozo Malagón. El señor Rozo Malagón hizo parte desde el año de 1971 de la Junta de Festejos Patrios que se constituía en Zipaquirá para la conmemoración del 3 de Agosto y luego de extinguida esta Junta continuó colaborando hasta aproximadamente un año antes de su fallecimiento ocurrido en 1993.

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De igual manera comentó don Israel Valbuena Rojas, quien fue mayordomo de la Casa de la Cultura «Arturo Wágner», que la Puerta de los Mártires estuvo allí desde 1965 hasta 1993. Se ubicó en el segundo piso a la entrada de la biblioteca. Él le hizo limpieza y ajustes colocándole algunos clavos.

Doña Gloria María Pulido Rueda, Bibliotecaria de la Casa de la Cultura y exsecretaria del Centro de Historia de Zipaquirá, manifestó que esta puerta estuvo en el salón de danzas que se encuentra ubicado en el primer piso a comienzo de la década de los noventa.

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A la Casa de la Cultura «Arturo Wágner» nos remite don Roberto Velandia Rodríguez, en la página 2718 del Tomo V de su Enciclopedia Histórica de Cundinamarca: «No habiéndose encontrado lugar para guardarla debidamente, hace unos años fue a parar a la Casa de la Cultura, donde actualmente diciembre de 1980 se halla.»

Otro hecho que nos comprueba uno más de los sitios y año respectivo que hizo parte del itinerario de la puerta en la misma Casa de la Cultura «Arturo Wágner», lo encontramos en el registro de audio de las sesiones de la Academia de Historia de Cundinamarca en donde en sesión del 2 de noviembre de 1985, presidida por don Roberto Velandia Rodríguez y en la cual se preparaban los aspectos respectivos para el homenaje a su Cofundador y Presidente por muchos años de la Academia doctor Manuel José Cárdenas Rojas y presentación oficial de su Libro de Poemas: “Del Hontanar Zipaquireño”, el presidente menciona «que para tal ocasión se debe poner más vistosa la ‘Puerta de los Mártires’ porque es una ‘Reliquia Histórica’, un Tesoro»; de acuerdo con lo anterior y tomando como base que la Academia de Historia de Cundinamarca tenía por sede la Casa de la Cultura «Arturo Wágner» y sesionaba en el salón del segundo piso que hoy en día sirve como sala para diferentes actividades, entre ellas se adelantó la «Velada Cultural la Voz y el Signo» de don Segundo Benjamín Corredor Blanco, se deduce que al poco tiempo de ser llevada a la Casa de la Cultura y constituida oficialmente la Academia de Historia en el año 1969, se le trasladó del lugar que menciona el señor Valbuena Rojas a la Sala de Sesiones de la Academia.

Finalizado el itinerario de la puerta en la Casa de la Cultura «Arturo Wágner» y analizando los datos recopilados de información documental como comentarios de varias personas, se puede manifestar que la llegada de la puerta a esta institución se produjo al poco tiempo de su fundación, la cual data del año 1962; lo anterior teniendo como base el objetivo principal de la Casa de la Cultura y el interés de sus fundadores por la Historia de Zipaquirá y su estudio. Así pues se calcula el tiempo de permanencia allí en 30 años.

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En diálogo con don Enrique Triviño, alcalde de la ciudad en el periodo comprendido entre 1993 – 1995, expresó que en 1993 se trasladó la Puerta de los Mártires de la Casa de la Cultura «Arturo Wágner» al Despacho de la Alcaldía con el fin de recuperarla y darle el valor histórico que merecía y le mandó hacer una urna con base en madera y cubierta en vidrio para su perfecta visualización, custodia y protección. Personalmente la vi en el referido despacho. Corroboró la versión del alcalde don Juan Ramón Angarita Espinosa, concejal de la época, quien argumentó que se constituyó la Logia de la Puerta de los Mártires, integrada por el maestro Antonio Frío (Antonio Adarme Galvis), quien diseño la urna; Germán García García, Presidente del Concejo; Jorge Enrique González Garnica, Secretario General del Concejo; y él. El ebanista fue el señor Alberto Castro. La misma tenía una placa metálica que reseñaba tal hecho.

En la administración de don Luis Femando Contreras Romero, 1995 – 1997, la puerta se trasladó a la casa que posteriormente sería sede del Instituto de Cultura, Turismo y Recreación de Zipaquirá, ubicada en la carrera 7a. No. 1-31. Este traslado fue corroborado por don Javier Anzola Rojas, exconcejal de la ciudad, quien aseveró que con don Guido Augusto Colmenares Navia, igualmente exconcejal, trataron de recuperarla para lo cual propusieron crear un Grupo de Defensa del Patrimonio Histórico de Zipaquirá, idea que no se pudo cristalizar.

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Puerta principal Casa Episcopal a su cosatado estaba colocada la puerta que sirvió como capilla a los Mártires de Zipaquirá

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Para el año de 1998, siendo alcalde el Ingeniero Carlos Guillermo Rojas Wiésner; y Director del Instituto de Cultura, Turismo y Recreación de Zipaquirá, el Licenciado José Manuel Rodríguez Gómez, quien puso a funcionar las oficinas del Instituto en la casa de la carrera 7a. No. 1-31 propiedad de la Gobernación de Cundinamarca y entregada en comodato a la ciudad, encontró la puerta botada en el primer piso y la recuperó y ubicó en el segundo piso al lado derecho de la entrada a la Biblioteca Municipal «Eduardo Castillo» que para aquel entonces funcionaba en esta casa. Es de resaltar que la puerta no tenía la urna que se le colocara cinco años atrás. Allí la vi personalmente allí y con José Manuel Rodríguez Gómez le tomamos fotos.

En la reestructuración administrativa llevada a cabo en la alcaldía de Éverth Bustamante García (2001 – 2003), por Decreto Número 162 del 2001 (septiembre 26) se liquidó el Instituto de Cultura, Turismo y Recreación de Zipaquirá y se creó la Oficina de Cultura dependiente de la Gerencia de Desarrollo Social, sus oficinas se trasladaron al Palacio Municipal y la Biblioteca Municipal «Eduardo Castillo» se ubicó en una de las oficinas del Palacio de la Administración General de Salinas. La puerta fue dejada abandonada allí.

La casa del liquidado Instituto pasó a ser la sede del ‘Programa de Música’ de la Universidad de Cundinamarca; al instalarse allí este programa su Director el Maestro Jaime Cardona Orozco encontró abandonada la puerta y por la placa que refiere lo de los Mártires Zipaquireños reconoció su valor histórico y rescató para la posteridad esta reliquia y testiga muda de las últimas horas de vida de estos mártires. El Maestro Jaime Cardona Orozco la recuperó y ubicó en una urna de cristal diseñada por él y la empotró en un muro de dicha edificación, localizado en un pasillo al lado izquierdo del primer piso. Al lado derecho de la puerta se instalaron las banderas de Colombia, Cundinamarca y Zipaquirá y a su lado izquierdo se colocó un placa en piedra que reza así: «La Alcaldía Municipal de Zipaquirá entroniza para Honor y Gloria de los Mártires Zipaquireños esta ‘Reliquia Histórica’ como testimonio de gratitud y admiración al sacrificio por la independencia de nuestra patria, agosto 3 del 2003″. Desde la colocación de la Puerta de los Mártires en uno de los muros de esta casa, se han realizado varios actos en homenaje a los Mártires Zipaquireños en su día el 3 de Agosto.

En la actualidad año 2016, Bicentenario del Sacrificio de los Seis Mártires Zipaquireños, la Puerta de los Mártires Zipaquireños se encuentra a buen recaudo en la Casa Museo Guillermo Quevedo Zornoza, calle 3ª. No. 7-69, Barrio El Centro por determinación tomada en la Administración Municipal de Marco Tulio Sánchez Gómez.

 

Reflexiones

 

placaLa Puerta como elemento que fue parte de la naturaleza viviente cuando era un árbol se transforma en Símbolo Histórico y de Identidad, uniendo sentimientos patrióticos desde 1816 hasta nuestros días. Esta Puerta fue elemento de seguridad para quienes utilizaban este sitio como lugar de trabajo. Pero también tuvo la connotación de represión al ser parte constitutiva del lugar que sirvió de Capilla o sitio de espera para quienes iban a ser sacrificados por atreverse a considerar que si los hombres nacen libres ante Dios, deben permanecer libres ante sus semejantes y sin ningún tipo de opresión. Allí la puerta tomó doble significación parecida al signo lingüístico que tiene significado y significante, según los filólogos y lingüistas. O ser las dos caras de la misma moneda según el común de la gente. Hacia el interior adquirió el significado de injusticia, maltrato, represión, tortura y muerte. Hacia el exterior el mensaje debió ser y ha de seguir siendo libertad, justicia, sosiego, tranquilidad, paz y vida.

La «ventana» que allí se abrió para que los retenidos pudiesen comunicarse con el exterior o tal vez airear y darle claridad al lugar fue la luz de esperanza, ese aliento de vida, el faro en las tinieblas. Faro que siempre necesitamos para encaminar y orientar nuestras acciones, metas, trabajos y sacrificios por la patria.

 

Acciones y Compromisos

Velando por la conservación para la eternidad de esta ‘Reliquia Histórica’ desde el Centro de Historia de Zipaquirá y cumpliendo con los objetivos que lo regentan se han realizado estas acciones:

Por iniciativa del maestro Jaime Cardona Orozco, quien siendo de la culta y bella ciudad de Manizales, Caldas, tiene un ferviente amor por la ‘Ciudad del Oro Blanco’, se hizo la ‘Reseña Histórica de la P uerta de los Seis Mártires Zipaquireños para ubicarla en su monumento y no permitir que se convierta en la puerta del abandono y la ignominia.

Motivar al Concejo Municipal para que desde allí se pueda proyectar y ejecutar un Acuerdo que como los dos producidos en el siglo XIX por esta Corporación propenda por la conservación de este Ícono Histórico. Esta labor se adelantó por el Concejal Carlos José Trinidad Martínez Moreno al presentar un Proyecto de Acuerdo en abril 8 de 2008, el cual no tuvo la acogida por parte del Concejo Municipal.

En aras de conservar este Ícono Histórico se propuso que por Acuerdo Municipal se ordene su recuperación y tratamiento adecuado para ubicarla definitivamente y de carácter perenne en uno (1) de estos tres (3) posibles sitios: Empotrarla en la pared de la Casa Episcopal al lado de donde fue quitada para que esté a la vista de todos, es el mejor sitio. En la ‘Sala de Juntas’ del Concejo Municipal. En el Edificio de Salinas, actual Casa de Gobierno; rindiéndole los honores respectivos en un 3 de Agosto Día Cívico de Zipaquirá antes del Bicentenario de su Sacrificio. Publicado en el Periódico Extrategia, Edición 124, junio-julio de 2013, páginas 18 y 19 con el título: “Breve Reseña de la Puerta de los Seis Mártires Zipaquireños. Patrimonio municipal 1816-2013. 197 años de su sacrificio” pero no se logró.

Difundir por las diferentes instituciones educativas y la ciudad en general la historia e importancia de la Puerta de los Seis Mártires Zipaquireños. Que se está haciendo actualmente con el Concurso de Poesía y Cuento Histórico: “Los Mártires Zipaquireños son mi Inspiración” que organiza el Centro de Historia de Zipaquirá con el apoyo del Patronato Colombiano de Artes y Ciencias más el acompañamiento de la Alcaldía de Zipaquirá a través de la Secretaría de Educación.

Dentro de la Cátedra de Zipaquirá institucionalizada y difundida por el Centro de Historia de Zipaquirá, desde 2004, incluimos un Capítulo denominado “Tras Las Huellas de los Seis Mártires Zipaquireños” para investigar y recibir toda la información pertinente que nos ayude a conocer más a fondo datos, fechas, nombres completos y hechos relacionados con estos Ilustres Zipaquireños.

Quiero finalizar tomando una referencia del padre Roberto María Tisnés Jiménez, en su libro Capítulos de Historia Zipaquireña, quien viniendo de las montañas antioqueñas de su nativa Sonsón encuentra en la Hidalga Zipaquirá su segunda patria chica: « T al el fin de estos apuntes históricos. Como no los reputamos completos y definitivos, agradecemos de antemano toda rectificación o nuevo dato que se nos quiera proporcionar y adelantamos a los que tal hicieran nuestros más rendidos agradecimientos”. Palabras que con el debido respeto quiero hacer también mías en relación con este minúsculo aporte a la historia de mí amada ciudad.

 

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Conclusiones

La Puerta de los Seis Mártires Zipaquireños, trashumante, solitaria, abandonada y despreciada por fin ha encontrado su sagrado y merecido altar histórico de la patria, gracias a un manizalita, hijo adoptivo de Zipaquirá, quien la recuperó. Luego hubo la voluntad de la Administración Municipal de Marco Tulio Sánchez Gómez de ubicarla en la Casa Museo Guillermo Quevedo Zornoza donde está a buen recaudo pero se sigue insistiendo que por Acuerdo Municipal donde sólo se requiere voluntad y determinación política hacerle el tratamiento necesario para la conservación, lucimiento y perpetuidad; empotrándola en la Fachada de la Casa Obispal al lado de donde estuvo ubicada como Puerta de la Capilla o Sitio de Espera por tres días, según Guillermo Quevedo Zornoza, de los Seis Mártires Zipaquireños antes de su fusilamiento en aras de nuestra libertad. Allí queda a la vista del Pueblo Zipaquireño y del público en general. ¡Dios quiera que así sea para Gloria, Honor y Respeto a su Memoria!

Por Luis Hernando Campos Martínez, Licenciado de la Universidad Pedagógica Nacional con Estudios Mayores en Español y en Inglés. Profesor de la I.E.M. San Juan Bautista de La Salle. Miembro del Centro de Historia de Zipaquirá.

 

“La ‘ventana’ que allí se abrió para que los retenidos pudiesen comunicarse con el exterior o tal vez airear y darle claridad al lugar fue la luz de esperanza, ese aliento de vida, el faro en las tinieblas. Faro que siempre necesitamos para encaminar y orientar nuestras acciones, metas, trabajos y sacrificios por la patria”.

 

[1]En el Boletín Municipal de agosto 7 de 1936, páginas 3 y 4, el Maestro Guillermo Quevedo Zornoza comenta que “(…)El Consejo de Guerra fue rápido: se les puso en capilla, (en un local de la plaza de Zipaquirá, y tres días después, (el 3 de agosto de 1816), bajo el mismo sol que habría de contemplar tres años después el hermoso desquite de Boyacá, caían para siempre, acribillados por las balas de un poder que con tales actos apresuraba su fatal hundimiento.” Lo que deduce que llegaron a Zipaquirá en julio 31 de 1816. Lo mismo la abertura de la “ventana” que no sería para un solo día.

[2] Esta placa según las fotografías existentes fue reubicada para colocarla en la parte superior izquierda. Ver fotos.

 


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Equipo de redacción de Extrategia Medios

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