La primera y última estampilla

La primera estampilla tenía un fondo negro, con el perfil en blanco de la Reina Victoria.

Penny black, primera estampilla del mundo.

ZIPAQUIRÁ, CUNDINAMARCA.

 El correo electrónico vino a reemplazar casi por completo al correo postal porque es más rápido (básicamente), más económico y más efectivo. Sin embargo, se sigue utilizando en el mundo entero, especialmente para correspondencia de carácter comercial y legal. El correo electrónico ha perdido mucho uso por las redes sociales que ofrecen comunicación directa y en tiempo real, sin embargo, aún está muy lejos de su obsolescencia y se sigue utilizando de manera masiva.

Lo que ninguno de estos medios electrónicos ofrece – ni siquiera como explicación o reminiscencia romántica, es una estampilla o sello postal, que no era más que un trozo de papel cuadrado o rectangular, que se pegaba al sobre para indicar a los transportadores del mismo, que se había pagado por la entrega, cuánto se había pagado, y dónde.

Por allá en la Inglaterra de 1834 el correo postal ya estaba funcionando, pero de manera diferente. Cuando alguien deseaba enviar correspondencia simplemente entregaba el sobre en la oficina de correos y el pago se efectuaba en el destinatario, cuando éste lo recibía. El valor variaba de acuerdo con los kilómetros que recorría el sobre.

 {module PublicidadInterior}

La primera variación, sugerida por Rowland Hill – quien dedicara su vida por completo a la oficina de correos de Inglaterra, fue la de cobrar al remitente y no al destinatario, asegurando así el pago. La segunda novedad fue la de cobrar por el peso y no solo por el recorrido – me imagino que no faltaba el chistoso que enviara pesados paquetes por el mismo valor de una carta. Y finalmente el 6 de mayo de 1849 se autorizó el uso de la estampilla para regular los cobros. De esta manera, el remitente compraba las estampillas necesarias que cubrieran el valor del servicio y las pegaba en el sobre para que quien las transportaba supiera que estaba cubierto dicho valor.

La primera estampilla tenía un fondo negro, con el perfil en blanco de la Reina Victoria. En la parte de arriba decía Postage (correo) y en la parte inferior decía One penny (un penique), que fue el valor original. Al siguiente día se puso en venta la estampilla de dos peniques – pero con fondo azul. Por su color y valor, la primera estampilla se conoce como Penny black.

El sistema sigue funcionando básicamente de la misma forma, y desde el principio se encontró que la estampilla era una forma muy particular de promoción. Las imágenes que representan las estampillas destacan eventos especiales en cada país, e incluso mundiales. La normativa internacional obliga que cada estampilla debe llevar no solo una imagen, sino el valor en moneda local y el nombre del país – excepto Inglaterra, excepción hecha por ser los primeros en emitir estampillas. Y ahí viene la otra parte del título de este artículo: la última estampilla – que en realidad será la más reciente a la fecha de publicación de este artículo.

El primero de septiembre de 1859 se inauguró el correo postal en Colombia a raíz del desarrollo de la aviación nacional, permitiendo transportar correspondencia por vía aérea por primera vez en el país. Desde entonces se han emitido sellos postales en Colombia, de manera continua. Con motivo del centenario (1919-2019) del natalicio del acordeonero, compositor y cantante colombiano Gilberto Alejandro Durán Díaz – mejor conocido como Alejo Durán, el Ministerio delas TIC ha emitido un sello postal con su imagen, convirtiéndose así en la última estampilla emitida en Colombia a la fecha.

“Las imágenes que representan las estampillas destacan eventos especiales en cada país, e incluso mundiales”.

————————————————————————————————————————————————————————————————-

1.C. Mauricio Riveros B.

Extracto: Ya sea usted milennial o centennial, le puedo asegurar que no sabe – y probablemente no le interesa saber nada de estampillas, salvo casos excepcionales. ¿Una razón para leer este artículo? Pues, más allá de la cultura general, se trata de un asunto de interés particular, de calmar la curiosidad, o simplemente de agregar a la colección otro tema de conversación cuando esté en plan romance: “Hola ¿sabías que un viejito escribió sobre la primera y la última estampilla”? Doy garantía sobre la efectividad romántica de este último argumento.