Tu realidad es tu propio sueño

Se cumplen nueve años de la partida de uno de los escritores infantiles más importante del país.  

                                                                                                                  Fotografía/ cortesía/ El Tiempo

ZIPAQUIRÁ, CUNDINAMARCA.

Jairo Aníbal Niño, escritor, pintor y uno de los principales exponentes de la literatura infantil colombiana, produjo importantes obras para Latinoamérica. Nació el 5 de septiembre de 1941 en Moniquirá, Boyacá, y falleció 30 de agosto de 2010 en la ciudad de Bogotá.

Su infancia estuvo marcada por el asesinato de su padre, motivo por el cual luego de esto se trasladó a Bucaramanga dejando atrás el horror de la violencia. Sus inspiraciones fueron los paisajes, lugares y la historia de su ciudad natal, en especial de los lugares de Colombia, los cuales recorrió durante toda su juventud mientras vivía las experiencias como ayudante de camión, actor de teatro, mago y marinero, profesiones que se convirtieron en el corazón de sus escritos, ya que en cada una de sus obras tiene un fragmento que lo marcó.

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Hoy se cumplen nueve años de su partida, pero su legado seguirá presente en los niños como el “Aviador Santiago” el pequeño con grandes deseos de volar, obra que fue dedicada no solo a su hijo Santiago Niño Morales, sino a un pueblo que necesita la esperanza y los sueños para recordar, que a pesar de los dolores y horrores del pasado es más importante ver el presente con la ilusión del mundo que se puede construir.

El teatro y la poesía se convirtieron en su prosa para alimentar su cátedra que despejaba al auditorio del piso y lo hacía elevarse junto con la imaginación de Aníbal, que podía representar al mayor de los miedos como la imagen del tiranosaurio Rex, el más leal y confiable amigo del mundo.

Esto lo llevó a recibir numerosos premios y galardones como: El Premio del Festival Nacional de Teatro, El Misael Valentino, el ENKA o el Premio Caracol. También fue incluido en la lista de honor de IBBY entre otros.

Su corazón queda en cada una de sus obras y fabulas como Monte Calvo, Los inquilinos de la ira, el Zorro, La Alegría de querer, Puro pueblo, El Aviador Santiago o el quinto Viaje.

Para finalizar, su mayor herencia es nunca dejar de soñar, porque cada vez que se hace el mundo se convierte en un guerrero que es capaz de acabar con el miedo.

“La escuela que yo sueño es la escuela de la libertad, la escuela de la alegría en el medio del horror, los niños nos enseñan que a pesar de la guerra un niño eleva una cometa y una niña inventa una muñeca de trapo mientras canta una canción que viene de los más hondo del tiempo”, Jairo Aníbal Niño.

“Su mayor herencia es nunca dejar de soñar, porque cada vez que se hace el mundo se convierte en un guerrero que es capaz de acabar con el miedo”.