By Encuestas a la Carta
Octavio Quintero
–Periodista, El Satélite.–
Daniel Coronel dice una gran verdad en su columna: “Los problemas de una encuesta” (Semana.com), al resumir que “Las encuestas no solo reflejan opiniones sino que las crean”.
Podría agregarse que además de crear opiniones también, y más importante, crean tendencias por aquello de que a la gente siempre le gusta ganar y viendo, supuestamente, por dónde va la tendencia electoral, por ahí se mete para ganar… ¿Qué? Cualquier cosa: así sea la satisfacción personal de haber votado por el ganador.
Coronel enjuicia, y con razón, la encuesta de Ipsos que daba ventaja al NO sobre el SÍ en el llamado “Plebiscito por la Paz”, un título falso que, de por sí, ya está induciendo a la gente a votar SÍ porque “la paz es mejor que la guerra”, dice la propaganda del gobierno. Pero se advierte en la propia definición de Coronel que lo mismo exactamente está ocurriendo en las encuestas que dan el SÍ como ganador.
La columna del gran analista enjuicia el NO de Ipsos, pero calla el SÍ de los demás encuestadores que están incurriendo en la misma metodología, no de ahora sino desde que las encuestas llegaron, se quedaron y se han fabricado un importante espacio en la política.
“(…) Los asesores salieron “disparados” a elaborar el documento, pero uno de ellos se devolvió del pasillo y entró nuevamente al despacho del ministro y le preguntó: “¿Ministro, cómo quiere el informe: favorable o desfavorable?”.
La conclusión de la columna en comento es que la encuesta de Ipsos, “cuyas limitaciones conocemos ahora, fue presentada mundialmente como la extremaunción temprana del plebiscito”. En el mismo sentido, las otras encuestas, cuyas limitaciones también conocemos, se presentan mundialmente como el soplo vital del SÍ a la paz.
Hace rato, en el gobierno de López Michelsen (1974-1978) y su ministro de Agricultura, Cornelio Reyes, circuló una anécdota muy simpática que podría aplicarse hoy, 42 años después: resulta que el mismo día de posesión del ministro, fue citado a un debate en el Congreso sobre Reforma Agraria. Llamó a sus asesores y les pidió una ayuda de memoria para afrontar el debate. Los asesores salieron “disparados” a elaborar el documento, pero uno de ellos se devolvió del pasillo y entró nuevamente al despacho del ministro y le preguntó: “¿Ministro, cómo quiere el informe: favorable o desfavorable?”.
Esto aplica a las encuestas que según Coronel, y es cierto, crean opiniones, favorables o desfavorables, según la orden que reciban del ordenador.
