Democracia y Firmas

El constituyente de 1991 consideró ampliar el ejercicio democrático autorizando desde la Constitución Política y luego,  con la reglamentación legal, la conformación de grupos significativos de ciudadanos, movimientos cívicos y hasta los partidarios del voto en blanco para participar en las elecciones tanto uninominales (Gobernador – Alcalde) como para  los colegiados ( Congreso – Diputados – Concejales y Ediles)  con la mera exigencia de la Constitución del denominado comité promotor (tres personas) y la suscripción de  apoyos o firmas por porcentajes referidos al último censo electoral.

Para el caso de Zipaquirá y para elección de alcalde con un censo de noventa mil personas censadas, el 20% equivalente en firmas de Diez y Ocho mil firmas. En suma, se pretendió ampliar la expresión ciudadana como una manifestación más allá de la que en su momento ejercían los partidos y movimientos políticos, presos para tal época por el narcotráfico, la corrupción, el tráfico de influencias y en fin, la credibilidad de la cual hasta la fecha no se han recuperado, contrario sensu, hizo  crisis y los partidos políticos quedaron atrapados en sus  propios militantes, estatutos y sus propias formas sin “sintonía” alguna con la problemática nacional o regional y el clamor de sus gentes.

El título noveno de la carta fundamental modificado a su turno en sus dos capítulos por los actos legislativos número 1 de 2003 y No. 1 de 2009, otorgan a la expresión democrática como es el voto, el carácter de derecho y de deber ciudadano y en cuanto toca al depositado para gobernadores y alcaldes, se determina como programático, donde el elector impone un mandato al elegido, que puede revocarlo. Las citadas normas introdujeron en el sistema electoral temas como la cifra repartidora, el umbral, silla vacía etc.

En la gran mayoría del país, y Zipaquirá no es la excepción, los ciudadanos expresan desilusión, angustia, desesperanza, cansancio e incredulidad en los partidos y movimientos políticos, lo que a nuestro juicio es perjudicial para el desarrollo de los pueblos; el ciudadano hastiado busca otras salidas que, si bien no expresan en su totalidad sus pensamientos, optan por el camino más fácil. Los resultados electorales de las últimas elecciones en la Ciudad de la Sal y la participación en la consulta popular, dejan en el ambiente absolutamente clara la postración, decadencia y retroceso de los partidos tradicionales, surgiendo expresiones que a nuestro juicio tampoco son claras, porque están sustentadas en el caudillismo de derecha o de izquierda que tienen polarizado al país, es más, podríamos afirmar paralizado el país.

Ante la realidad política y el estancamiento del desarrollo debidamente planeado, con la urgencia de administrar responsablemente el municipio y “sintonizar” el mayor número de opiniones desde los más jóvenes hasta los más viejos y en todos los círculos sociales, surge con vocación de permanencia el movimiento social LA CASA EN ORDEN para que la ciudadanía encuentre opción y respuesta a sus inquietudes y problemáticas, circunstancias que imponen la búsqueda del poder a través del sistema democrático, haciendo uso de las firmas de apoyo  que estableció el constituyente de 1991. Es este un movimiento cívico que no busca polarizar, no es de derecha, tampoco de izquierda, busca rescatar el sentido de pertenencia por la ciudad, escucha las comunidades y toma como bandera de gobierno el desarrollo en ejecución de las competencias municipales presentando candidatos(as) a los cargos de elección local y acompañando con sus votos, la mejor opción para el Gobernador del departamento y desde luego y en lo posible, un zipaquireño (a) a la Asamblea Departamental.

LA CASA EN ORDEN no es un movimiento caudillista, su naturaleza cívica ha permitido desde su creación un permanente dialogo social y la construcción de propuestas de gobierno que en su momento conocerá la ciudad y por las mismas razones, admite alianzas programáticas también previstas en la ley.

LA CASA EN ORDEN está a las órdenes de todos los residentes en Zipaquirá sin distingo alguno, por lo que a través de este documento, y medio, le invita a hacerse participe de esta propuesta democrática por el futuro de nuestras nuevas generaciones.